Cuándo dar las invitaciones de boda

Elegir la fecha de vuestro enlace es una difícil elección, lo sabemos. Como también es complicado dar con el momento propicio para iniciar la luna de miel o sorprender con la buena noticia a tus familiares. Cuándo dar las invitaciones de boda es casi tan importante como saber qué quieres expresar en la misma o elegir la fecha de la boda. De esta decisión dependerá que todas las personas que quieres en tu evento estén perfectamente dispuestas para compartir la celebración contigo y, sobre todo, que puedas prever y evitar esos agobios típicos cuando se acerca el día más importante.

Por supuesto, cada pareja es un mundo; y, como tal, su invitación de boda también debería serlo, como una imagen de lo que os define y de lo que será la celebración. Pero, a grandes rasgos, lo mejor es empezar a repartir las invitaciones de boda con dos o tres meses de antelación. De esta manera, en principio, y si la boda no va a implicar muchas complicaciones a nivel logístico, daría tiempo a alojar a todo el mundo y a que los allegados se organicen con un margen suficiente. Además, con este margen, en principio, se cuenta con semanas suficientes para que confirmen asistencia, piensen en su indumentaria y, por qué no, elijan un regalo.

Cuándo dar las invitaciones de boda | Las excepciones

Ahora bien, aunque un plazo de de dos o tres meses suele ser más que suficiente para aquellas bodas que tienen lugar en la misma ciudad en la que viven casi todos los invitados, tendremos en cuenta otros factores.

Si vuestra boda tiene lugar en verano debes tener en cuenta que muchos de tus seres más cercanos seguro que pretenden hacer planes en estas fechas, por lo que es mejor añadir un mes más de margen.

Cuándo dar las invitaciones de boda | Bodas lejanas

En ocasiones, sobre todo cuando los pretendientes no son de un mismo lugar, es conveniente contar con muchos desplazamientos. Asistentes de distintos países, amigos y familiares con los que es complicado reencontrarse… Por eso, para este tipo de enlaces, con casi tantas procedencias como invitados, empezaremos antes a repartir las invitaciones –unos tres o cuatro meses antes de la celebración–.

Eso sí, sin excederse, ya que tampoco pretendemos que nuestros invitados reciban la invitación para después olvidarse por completo del evento.

También es recomendable hacer esta distribución por fases: primero, dar la noticia de viva voz, para que comiencen a pensar en el evento. Después, cuando todo esté más dispuesto, oficializar la celebración a través de la invitación, que actuará como una marca oficial de la boda y como recordatorio.

Cuándo dar las invitaciones de boda | En persona

Elijas la invitación que elijas, es preferible repartirlas en persona, sobre todo a aquellos más allegados. Mejor, tampoco os querréis perder sus caras de sorpresa. Si, por cualquier circunstancia este encuentro es imposible nos decantaremos por el correo ordinario. Eso sí, recordando que en fechas señaladas como navidad o verano tus invitados pueden pasar menos tiempo en casa, por lo que añade un par de semanas en estos casos.

Lo ideal, para ser más prácticos y, claro, por pasar un rato especial, es aprovechar un evento importante o crearlo para repartir invitaciones. Si meses antes de la boda coincide un calendario con un acontecimiento importante, aprovéchalo. Por ejemplo, puedes tener en cuenta las fechas navideñas para dar la invitación a quienes solo veas esos días. También puedes organizar, con esta excusa, un encuentro con amigos que hace tiempo que no veis.

Cuándo dar las invitaciones de boda | Los plazos

Si quieres unos diseños que hagan de tu invitación la carta de presentación perfecta, tienes que contar con unos plazos para que estén perfectamente listas para su envío. Cuenta, eso sí, que una vez seleccionados los bocetos y los textos, en un par de semanas o tres el grueso de invitaciones estarán listas.

Y, sobre todo, escojas la opción que escojas, recuerda que es el primer detalle de tu boda que verán tus seres queridos. Así que hazla lo más personal y única posible. Justo como quieres que sea tu día.

Un abrazo, Marmarina